Oregano

Toda la planta es rica en un aceite esencial que contiene timol y carvacrol, de acción sedante, antiespasmódica y carminativa. Contiene flavonoides y ácido ursólico, a los que se atribuyen sus propiedades antirreumáticas. Su uso está indicado en los siguientes casos: Trastornos digestivos: dispepsia (mala digestión) de origen nervioso, flatulencia, espasmos o cólicos de los órganos digestivos. Por su acción carminativa (combate gases intestinales), es un buen condimento para legumbres, potajes y pizzas. Afecciones respiratorias que cursan con tos seca o irritativa, como la laringitis (irritación de la garganta) o la tos ferina. El orégano tiene también acción expectorante, béquica y antitusígena, tanto en uso interno como externo. Dolores musculares, tortícolis y lumbago, aplicando externamente tanto en cataplasma, como en fricciones sobre la piel. Uso: Como condimento se espolvorean sus hojas secas sobre diversas preparaciones culinarias. En infusión: con unos 15 o 20 gramos por litro de agua, de la que se ingiere una taza después de cada comida. En esencia: tres tomas diarias de 4 a 6 gotas, cada una. Externamente: se usan los vahos, en las afecciones respiratorias, añadiendo un puñado de planta al agua. En cataplasma: de la planta machacada, que se calienta en la sartén y se aplica envuelta en un paño sobre la zona dolorida o inflamada. Se pueden realizar fricciones con varias gotas de esencia, aplicadas directamente sobre la zona afectada. Para las fricciones, la esencia también puede disolverse en alcohol.

1 comentario:

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